La operación se llevó a cabo cerca de la isla iraní de Larak, un punto estratégico en el estrecho de Ormuz, por donde transita hasta el 20 % del petróleo y el 30 % del gas natural licuado del mundo.
El buque y sus 14 tripulantes fueron arrestados y trasladados al puerto de Bushehr para continuar sus diligencias. Según la agencia de noticias iraní Tasnim, el petrolero transportaba combustible diésel, presuntamente obtenido de embarcaciones iraníes para su reventa fuera de aguas territoriales.
Kahremani enfatizó que la incautación formaba parte de una campaña para combatir el contrabando de petróleo en el Golfo Pérsico, donde a menudo se introduce ilegalmente combustible iraní barato a países vecinos.
El cargamento confiscado será entregado a la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán.
No se especificó el nombre del buque ni su país de matrícula, lo cual coincide con la práctica de Teherán en este tipo de incidentes.
El estrecho de Ormuz, que conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán, sigue siendo un foco de tensión. En 2024, Irán confiscó el petrolero St. Nikolas, con bandera de las Islas Marshall, acusándolo de transportar petróleo de contrabando, en represalia por la incautación de cargamento iraní por parte de Estados Unidos en 2023.
Según Reuters, los incidentes en el estrecho han aumentado en medio del conflicto entre Irán e Israel. En junio de 2025, tres petroleros se incendiaron en el golfo de Omán tras una colisión, lo que elevó los precios del petróleo un 4 %.
Si bien no se ha confirmado la causa de estos incendios, los analistas los han vinculado a una escalada regional.
Irán ha reiterado su disposición a cerrar el Estrecho de Ormuz si se ve amenazado, lo que podría desestabilizar el mercado petrolero mundial.
El parlamentario iraní Esmail Kosari afirmó que Teherán "no dudará" si es necesario. Estados Unidos y el Reino Unido han intensificado su presencia en la región, enviando buques de guerra para proteger el transporte marítimo.