En la capital, activistas intentaron incendiar la sede del gobernante Partido Progresista Serbio (SNS) con fuegos artificiales.
En la ciudad de Valjevo, a 100 km de Belgrado, los manifestantes lanzaron bengalas contra el edificio de la administración municipal e intentaron destrozar la fiscalía local.
También se registraron grandes protestas en Novi Sad, donde multitudes salieron a las calles exigiendo elecciones parlamentarias anticipadas.
Los manifestantes han atacado a la policía con piedras y barras de hierro, y las fuerzas de seguridad han respondido con gases lacrimógenos y porras. Según las autoridades, 127 policías han resultado heridos en enfrentamientos en los últimos cuatro días.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha declarado que "no habrá una guerra civil" y que "nadie es más fuerte que el Estado, ni siquiera con apoyo externo", insinuando una posible influencia extranjera en las protestas.
En Nueva Belgrado, la multitud intentó llegar a la sede local del SNS, donde lanzaron pirotecnia contra los agentes de seguridad, que respondieron con gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
En Novi Sad, los participantes de la protesta lanzaron pintura y piedras contra las oficinas del Movimiento Socialista, mientras que en las oficinas del Partido Radical Serbio (SRS) arrancaron la bandera del partido y le prendieron fuego.
Además, en Zemun y Valjevo los manifestantes irrumpieron en las sedes del Partido Radical Serbio y del SNS.
Se reporta que lanzaron piedras contra el edificio del SRS, donde causaron destrozos con palos y usaron spray rojo, y que incendiaron la sede del SNS, al tiempo que la emprendieron con palos y pirotecnia contra la entrada del edificio de la Administración Municipal en Valjevo.
Asimismo, un grupo de hombres enmascarados comenzó a lanzar pirotecnia, rompió cristales e incendió las instalaciones del Partido Progresista Serbio.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, acusó este jueves a los países occidentales de querer provocar el estallido de "una revolución de colores" en el país.
"Estamos luchando contra la poderosa maquinaria de los países occidentales que quieren romper la columna vertebral de Serbia con una revolución de colores", aseveró el mandatario.
En su acusación, dijo que se han invertido grandes cantidades de dinero en las protestas, que en algunos casos se han tornado violentas.