Los soldados desobedecieron las órdenes de reprimir las protestas y apoyaron públicamente las exigencias de los manifestantes de la dimisión del presidente Andry Rajoelina.
Según los medios locales, los oficiales de CAPSAT publicaron un mensaje de video el domingo por la mañana en el que decían: "A partir de ahora, todas las órdenes del ejército malgache, tanto de las fuerzas de tierra como de la fuerza aérea y la marina, procederán del cuartel general de CAPSAT".
La unidad, que jugó un papel clave en el ascenso de Rajoelina al poder en un golpe de estado en 2009, había instado previamente a sus colegas a no disparar contra las multitudes y a "unir fuerzas que renuncian a la violencia".
En respuesta, el presidente Rajoelina acusó a los militares de intentar una toma de poder ilegal. En un comunicado oficial, señaló: "El intento de tomar el poder ilegal y violentamente continúa."
Según informes no confirmados, el jefe de Estado se ha refugiado en la capital bajo la protección de tropas leales, y el Aeropuerto Internacional de Antananarivo está cerrado.
Las protestas, que comenzaron a finales de septiembre debido a la escasez crónica de agua y electricidad, se han convertido en una crisis nacional.
El movimiento juvenil Gen Z Madagascar rechazó las ofertas de diálogo, exigiendo no solo la dimisión del presidente, sino también la disolución del Senado y la comisión electoral.
Según la ONU, al menos 22 personas han muerto y más de 100 han resultado heridas en los enfrentamientos; las autoridades niegan estas cifras.
Miles de manifestantes, entre ellos estudiantes y miembros de la oposición, se congregaron en el ayuntamiento de la capital, donde los militares los escoltaron hasta la Plaza 13 de Mayo, lugar simbólico de los levantamientos del pasado.
Las aerolíneas europeas, incluida Air France, han suspendido sus vuelos a Antananarivo hasta el 13 de octubre debido a la inestabilidad.
La Unión Africana y Francia piden moderación ante el temor de una escalada en uno de los países más pobres del mundo.