De 283 páginas y publicado por la editorial Interciencias, el libro incluye varios reportes que redactaron los propios espías contratados por el régimen comunista de Polonia, para vigilar al pontífice polaco, pues Wojtyla siempre fue sospechoso de que colaboraba con los enemigos del régimen en plena Guerra Fría.
Según el libro, cuando Wojtyla era arzobispo de Cracovia asumía una actitud no beligerante hacia las autoridades de la Polonia comunista, las cuales pensaban que continuaría en la misma línea al asumir su pontificado, en los años setenta.
Sin embargo, se dieron cuenta de que Wojtyla, ya convertido en Juan Pablo II y con todo el poder en el Vaticano, no era favorable al régimen polaco y por eso se decidió espiarlo.
El libro también da a conocer cómo los servicios secretos mantuvieron especial atención en el círculo polaco en Roma, sus acciones para infiltrarlo y para crear una red de agentes, capaces de influir en las opiniones del equipo cercano al Papa.
Y precisa que fueron objeto de “operaciones especiales” tanto el pontífice como su secretario privado, Stanislaw Dziwisz, así como el sacerdote Adam Boniecki, quien era jefe de la edición polaca de L´Osservatore Romano, el diario del Vaticano.
El autor del libro, Marek Lasota, goza de amplia credibilidad, sobre todo porque tiene actualmente un cargo directivo en el Instituto Nacional de la Memoria, un organismo cuyo objetivo es divulgar los archivos de la Bezpieka, que fue la policía secreta de la Polonia comunista.
La aparición de Karoly Wojtyla, espiado coincide con la publicación del libro Su Santidad, escrito por Gian Luiggi Nuzzi y en el cual se habla sobre el pontificado de Benedicto XVI, con base en documentos confidenciales del Vaticano que fueron filtrados a la prensa en los últimos meses. Ambos libros dan nuevas luces sobre el manejo del poder en los altos círculos eclesiásticos.