El hombre cayó muerto al instante: quedó boca arriba, entre la bomba de gasolina y la llanta trasera del costado del conductor de su vehículo y con la pistola despachadora a unos centímetros de su mano derecha. Entre tanto, el agresor abordó el Cheyy, en el que ya lo esperaban otros individuos y escaparon.
Los paramédicos de la Cruz Verde que llegaron al lugar para tratar de ayudar al hombre, nada pudieron hacer por salvarle la vida, y sólo confirmaron el deceso.
"El hombre vino a cargar gasolina, cuando se bajó de su coche llegaron varios desconocidos en un Chevy, dice la esposa del fallecido que se bajó un sujeto rapado, se aproximó a la víctima, le disparó y se fue. Se le aprecian al menos tres impactos, a simple vista, según dijeron los paramédicos", detalló un oficial.
Peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, que se hicieron cargo de la fijación de indicios contabilizaron siete casquillos percutidos de calibre .9 milímetros.
Román Ortega, El Occidental