El 6 de febrero, el alcalde informó que, de mil 800 policías en la Dirección de Seguridad Pública, 389 no aprobaron los exámenes de control de confianza. Para ese entonces, fueron cesados los primeros 20, al incluir en sus pruebas que dieron positivo en uso de sustancias ilegales, como mariguana o metanfetaminas.

Y dado que, en la opinión del alcalde, estos elementos son susceptibles de emigrar a actividades fuera de la ley, pedirán al Gobierno estatal “que, además del apoyo que les vamos a dar en materia económica, que haya un seguimiento de ellos”.

Mientras, en la corporación padecen por la falta de policías para vigilar las calles, por lo que actualmente laboran jornadas más largas y envían más elementos a zonas conflictivas. Según el alcalde, el proceso de capacitación de nuevos policías les toma alrededor de seis meses.

Robles Peiro había detallado que, de los 389 elementos que no han aprobado los exámenes, 60% fue por motivos de salud u otros que no implican que sean deshonestos. La Comisión de Honor y Justicia del municipio revisa caso por caso para posibles reubicaciones a otras áreas.

En Guadalajara, déficit de dos mil policías

Por su lado, el alcalde de Guadalajara, Ramiro Hernández García, afirmó que, más que patrullas, hacen faltan dos mil policías para que estén vigilando las calles del municipio; lo ideal es que anden tres mil uniformados y no los poco más de mil disponibles en este momento.

“Hay que ser más cuidadosos y aplicados en el lograr que las patrullas en su totalidad estén en buen estado, pero no es un problema de patrullas; yo les podría decir que es un problema de elementos, del número de policías”.

Ramiro Hernández dijo que hay zonas que no necesitan patrullas, sino policías a pie, y reiteró que el rezago se agrava porque, para cubrir las vacantes, deberán hacerlo con elemento ya certificados. El Informador