Situado al oriente de la Guadalajara, Tonalá, que en náhuatl significa “lugar por donde sale el sol”, es un municipio azotado por la pobreza, la delincuencia, el vandalismo, el grafiti, narcomenudeo y el pandillerismo, éste último, una de las problemáticas añejas que ha sido imposible de erradicar.
Tuvieron que pasar 12 años, para que nuevamente Arana Arana asumiera el cargo como presidente municipal y en aquel tiempo hubo señalamientos de nepotismo al interior.
Ahora, en su segunda etapa como alcalde, esta problemática surgió nuevamente al revelarse que dentro de la nómina aparecían 57 trabajadores con el apellido Arana.
El alcalde reconoció que tenía al menos una docena de familiares, pero aseguró que todos trabajaban desde antes de que fuera electo en el 2012, por lo que desmintió el nepotismo.
Sin embargo, lo más destacado a un año de que asumió el cargo, el panorama aún luce sombrío para Tonalá, pues el gobierno municipal tiene una deuda equivalente a su presupuesto anual cercano a mil millones de pesos.
Al asumir el compromiso, Arana Arana recibió un municipio con una deuda de mil 380 millones de pesos, deuda a la que se le ha podido disminuir 350 millones de pesos. Parte del adeudo es con dos instituciones bancarias, pendientes de obras que ya fueron realizadas, proveedores, etc.
Para los regidores de oposición del ayuntamiento tonalteca así como para la misma población, el municipio no se ha hecho nada o se ha hecho muy poco en obra pública e infraestructura y aún existen colonias que no cuentan con los servicios básicos de energía eléctrica, agua potable, drenaje, entre otras cosas.
A esto hay que sumarle que con el reciente temporal, colonias de Tonalá fueron de las que resultaron con mayores afectaciones tanto en casas como en comercios, sin embargo, para atender los daños el municipio colaboró junto con la Secretaría de Desarrollo e Integración Social para ayudar a las familias a quienes ya se les hizo entrega en especie.
Inicialmente, los vecinos lanzaron críticas para el alcalde, ya que éste mandó reparar una calle con daños, pero no la concluyó.
Milenio